lunes, 16 de marzo de 2009

Procesos cognitivos y competencias

Lo que todo(a) maestro(a) sabe: procesos + contenidos
José Moya Otero


El concepto generalmente utilizado para definir una competencia (a saber, la forma en que una persona combina todos sus recursos disponibles para resolver una tarea en un contexto definido) nos ha conducido hasta la necesidad de definir con claridad el concepto de tarea, hasta el punto de reconocerlo en el currículo real de los centros educativos y relacionarlo con otras formas de acción de aprendizaje (actividades y ejercicios).

Ahora necesitamos desplazar nuestra atención hacia otro elemento de esta definición: los procesos. Los procesos son el factor dinámico de la competencia, el conjunto de operaciones que hace posible la movilización de los recursos disponibles. La incorporación de los procesos al concepto de competencia, como nos recuerda Kegan (2004) es uno de sus valores.

Una gran ventaja de un concepto como competencia es que lleva nuestra atención hacia el nivel más profundo de la superficie de la conducta observable de las habilidades con el fin de cuestionar la capacidad mental que crea la conducta. También dirige nuestra atención más allá de la adquisición del conocimiento como contenidos almacenables (lo que ya sabemos) para cuestionar los procesos mediante los cuales creamos conocimiento (cómo sabemos). Esto no significa que nuestras habilidades y nuestro acervo de conocimientos no sean importantes. Más bien nos recuerda lo que todo maestro o guía sabe: los resultados de enseñar habilidades y contenidos de conocimiento sin desarrollar las capacidades mentales que cran esa habilidad o conocimiento son muy endebles (Kegan, 2004: 328)[1]

Los procesos forman parte del concepto de competencia que se emplea en todas las pruebas internacionales (PISA, TIMSS, PIRLS), aunque puede recibir denominaciones distintas, en PISA (2006) se definen como capacidades mientras que en TIMSS (2003) se denominan “dominios cognitivos” y como hemos comprobado Kegan los denomina “capacidades mentales”.





Nosotros hemos preferido denominar a los procesos: modos de pensar. De modo que, en nuestra propuesta, alcanzar un determinado dominio de las competencias se armoniza con una vieja aspiración muchos educadores: lograr que la escuela ayude a pensar.


Este documento define los dos elementos que configuran la estructura interna de las competencias: procesos y contenidos. De este modo se complementa la visión funcional de la competencia, basada en la resolución de tareas en contextos definidos, con una visión estructural.

[1] Kegan, R. (2004) Las competencias que funcionan como epistemologías: cómo queremos que los adultos aprendan, en RYCHEN, D.S. y SALGANIK, L.H. (2004) Definir y seleccionar las competencias fundamentales para la vida. México, FCE.

2 comentarios:

  1. Un poco lioso me resulta el uso de distinta terminología para el mismo concepto...si no he entendido mal, procesos cognitivos = modos de pensar.....¿hay alguna clasificación de los diferentes modos de pensar?

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  2. ...y la respuesta la encontré en los documentos anexos a la tarea 4...me lo leo. Gracias

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